Por Martin Muelas
@martinm87
Si hablamos de un
país nórdico, de costumbres estructuradas, personalidades frías como su clima y
deportistas históricamente caracterizados por su porte físico y su potencia
altura y fuerza, parecería imposible que allí podamos encontrar a algún jugador
de esos que nos gustan, de los que intentamos homenajear en esta sección. Pero así
de impredecible es el fútbol, haciendo que este pequeño país europeo nos haya
brindado a uno de los más fenomenales enganches del siglo pasado.
Michael Laudrup nació
en Frederiksberg, Dinamarca, en 1964.
Miembro de una familia que respiraba andanzas futboleras durante todo el día,
ya que los Laudrup tuvieron 3 generaciones de futbolistas profesionales. Tanto Michael,
como su hermano Brian, practicaron y amaron este deporte desde los primeros días.
El camino del joven en cuestión fue haciéndose a través de las distintas categorías
juveniles de Dinamarca, llegando a debutar en la primera división del Brøndby,
a los 18 años, club en el que un año antes su padre había finalizado su carrera
como jugador. Al poco tiempo logró el ascenso a la primera división de su país
y comenzó a llamar la atención de los grandes equipos del viejo continente.
Este mediocampista
descarado, se destacaba por su talento en el uno contra uno, su marca
registrada, ese pie a pie que tanto le vemos hacer a jugadores como Kaká o
Iniesta por estos días. Pero sobre todo por el enorme mapamundi que poseía en
su cabeza siendo capaz de ver todo alrededor y llevando siempre el balón al
destino más conveniente. Como si nada, controlaba el balón con mucha facilidad
y se deshacía de él con astucia dejando en condición de marcar a los compañeros
mejor ubicados.
Su carrera a nivel
clubes, siguió en el norte de Italia. Primero jugando en Lazio para luego ser
tentado por La Vecchia Signora
que venía de ganar la Copa
de Europa en 1985 y lo contrató para seguir con el reinado. Ese gran equipo
integrado por Michel Platini, Gaetano Scirea y Aldo Serena entre otros disputó
la tan recordad final intercontinental contra Argentinos Juniors, derrotándolo
en los penales luego de un partido vibrante.
Luego de tres años
mas en Turín emprendió un viaje hacia Barcelona, dispuesto a cambiar de aires,
donde Johann Cruyff lo esperaba ansioso luego de pedirlo con insistencia a sus
dirigentes. Probablemente sea en ese equipo donde se pudo disfrutar de los
mejores años del Michael Laudrup jugador, ya que deslumbro siendo una de las
piezas fundamentales de los primeros años del Dream Team catalán. En aquel
equipo se desempeñaba en la posición de falso nueve, demarcación que tanto
conocemos en estos días por ser reinventada por un tal Messi. Los momentos que
hizo pasar a los dichosos hinchas catalanes serán recordados por siempre, su
andar elegante, con la cabeza levantada, recorriendo el ancho del campo en
puntas de pie, asistiendo y haciendo jugar a sus compañeros en un equipo que
tenia entre sus filas a otros grandes jugadores como Guardiola, Stoichkov y
Koeman. En fin, fueron años de un futbol de alto vuelo, que se vieron
interrumpidos por las constantes diferencias que empezó a tener con Cruyff.
Johan le reprochaba su falta de compromiso o amor propio en ciertos momentos.Sostenía que Laudrup tenía un potencial superlativo
y nunca se pudo ver el cien por ciento de su despliegue por estos motivos. A
esto se sumo que en la última de las cuatro ligas consecutivas que consiguió el
Barcelona, el club había incorporado al brasileño Romario, con todo su poder de
gol, y que en esos tiempos previos a la Ley Bosman, los equipos solo podían
alinear a tres extranjeros. Esto hizo que sus minutos en liga fueran mermando,
llegando a jugar poco y sintiéndose fastidiado.
La ultima temporada antes de acabar su contrato, ya era sabido que Michael no iba a renovar por su descontento con el club, y fue entonces que -cuando no- apareció el Real Madrid con una oferta millonaria dispuesto a llevarse al crack del eterno rival. Éste no lo dudó y firmó por dos temporadas con el club merengue, formando parte también de un gran equipo y consiguiendo la liga española en su primer año, convirtiéndose así en el primer jugador en toda la historia del futbol ibérico que gano 5 años seguidos la competición y con dos clubes distintos. Entre otras anécdotas también podemos sumar que fue parte del
A nivel selección,
siempre nos quedara una espina clavada a los que admiramos a este gran jugador,
ya que nunca termino de redondear un gran torneo jugando para su país. A veces
a causa de sus compañeros, otras por sus propios fantasmas. Si bien debuto en
torneos grandes en la Eurocopa de 1984, siendo una de las figuras del torneo, y
también deslumbro en México 86 jugando un gran futbol con su selección, antes
de caer eliminado por goleada a manos de España. Se recuerda aquel partido increíble
contra Uruguay, como máxima exposición danesa en aquel mundial. El futuro quiso
que los torneos siguientes, Dinamarca no pudiera consolidar lo que insinuó. Tampoco
pudo ser parte del plantel danés que obtuvo la Eurocopa de 1992, ya que
por entonces estaba enfrentado con el entrenador del equipo. Como premio
consuelo le quedara el gran nivel que mostró en Francia 98 llevando a su país
hasta cuartos de final, mostrando un gran nivel y manejando al equipo a su
antojo. Fue elegido en el equipo ideal de ese torneo.
Numerosos
testimonios aparecen de jugadores que lo vieron o compartieron equipo con
Laudrup. Entre ellos el propio Iván Zamorano, reconociendo que de no ser por él
jamás habría marcado tantos goles. De hecho, en la temporada 94/95 lo asistió
en el 82% de sus goles (sí, el ochenta y dos por ciento). Otros compañeros han
manifestado que " tu sólo debías correr, él siempre iba a encontrar la
forma de pasarte el balón en el momento oportuno". Pep Guardiola nunca
entendió cómo pudo ser que nunca ganara el balón de Oro de la FIFA. Beckenbauer
lo catalogó como el mejor jugador de la década.
Su andar siguió en
Japón y finalizó -ganando otra liga- en el futbol holandés, en las filas del
Ajax. Luego de retirado, de tanto en
tanto despuntaba el vicio en el equipo senior de Lyngby. Entre algunas de sus
condecoraciones se encuentra el haber sido elegido por Pele como uno de los 125
mejores jugadores de toda la historia en un ranking que solo tuvo en cuenta a
jugadores vivos. También fue distinguido oficialmente como el mejor jugador de
la historia de su país.
Actualmente podemos
ver a Michael en la
Premier League inglesa al mando del sorprendente Swansea,
equipo galés que viene dando que hablar por sus resultados y sobre todo por su
juego de posesión, toque, desmarque y presión. En fin, el hombre no puede
saciar su hambre de futbol y ahora se dedica a trasladar su conocimiento a
otros jugadores.
Se trató de un típico
ejemplo del jugador que era más feliz con la asistencia que con el gol propio.
Michel Platini manifestó en varias ocasiones, que si hubiera sido un poco más egoísta
-en el buen sentido de la palabra- habría marcado muchísimos más goles. Sin
embargo, podemos encontrar varios goles y de elevada calidad en su repertorio.
La mayoría de las veces para no perder la costumbre, anotaba dando pases a la
red, aunque también contaba con un preciso disparo desde lejos, con tiros secantes
al ángulo con la facilidad que solo los elegidos pueden tener. Sus inolvidables
pases de cachetada, mirando para otro lado, o sus pisadas serán marca
registrada por siempre.
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