Originalmente, en esta columna acostumbramos a elogiar a los interpretes
del juego, a jugadores que se destacan por su audacia y comprensión de las
jugadas, manifestando estas virtudes en la posibilidad de proveer de asistencias
y pases gol a sus compañeros y hacer goleadores a sus delanteros. Pero hoy nos
daremos el lujo de introducir una excepción, homenajearemos a Dennis Bergkamp, un extraordinario
delantero que, igualmente encaja en nuestra consideración, ya que la forma de
materializar sus virtudes era dando pases, pero al fondo de la red.

Su gran nivel en una liga menor y su buen pasar por la selección de su país, generó que el entorno le sugiriera la posibilidad de competir en ligas mas importantes. El repertorio de lujos, pisadas, asistencias y goles fantásticos debía ser puesto a prueba una vez más. Fue entonces que surgieron las posibilidades de ir al Real Madrid y al Inter de Milán. Cruyff fue una pieza clave en la decisión final de Bergkamp, ya que le recomendó no fichar por el Madrid y si hacerlo por el equipo italiano y fue entonces en 1993 que se produjo el traspaso. Dennis venia de ser distinguido con el Balón de Plata de

Llegaría el turno de la Copa del Mundo de 1994 a disputarse en Estados Unidos. Bergkamp venía a este
torneo como figura mundial, y su selección era candidata. No todo empezó de
maravillas para los holandeses, ya que cerca de su llegada, el vuelo
proveniente de Ámsterdam sufriría turbulencias al entrar en un pozo de aire,
haciendo pasar un mal momento a toda la delegación. Este episodio marcaría a
fuego al rubio delantero, que luego
de esto, nunca mas se atrevió a viajar por los aires, llegando a incluir en sus
contratos una cláusula que le permitía no viajar en avión con el resto del
plantel en los partidos de visitante de su equipo.
A pesar de esto, Dennis tuvo una gran participación en la Copa , siendo el mejor jugador
de su equipo, volviendo locas a las defensas rivales y mostrando toda su clase.
Además le marcó un hermoso gol a Brasil
en su cruce de cuartos de final, pero quedaron eliminados a manos de quien
luego seria campeón en la definición frente a Italia.
Al termino de la copa vendría una nueva temporada decepcionante en el
Inter, y ya cuando Massimo Moratti
pasó a ser el nuevo propietario del club, este se propuso venderlo y fue
entonces que se hizo el traspaso hacia el Arsenal inglés, en una cifra que rondó
los siete millones y medio de libras.
Se inauguraba así, una era de luz en la trayectoria del jugador.
El club londinense venia de
varios años de declive y su llegada despertó cierto ánimo en los aficionados gunners. Tuvo un primer año discreto, en
el que marco poco más de una decena de goles, pero pudieron clasificar a la
Copa UEFA luego de un gran
esfuerzo. Lo mejor vendría al año siguiente, con la llegada del director técnico
francés Arsene Wenger.
Esto supuso un trampolín en el juego de Dennis, ya que el equipo comenzó
a practicar un futbol ofensivo, de muchas similitudes con el que se jugaba en
su país. Wenger dispuso que Bergkamp fuera el eje de los ataques de su escuadra,
moviéndose por el medio y gozando de total libertad para buscarse sus espacios
y crear juego para sus compañeros cuando fuera necesario. El equipo comenzaba a
maravillar por su identidad, y nuestro héroe
demostraba a cada fin de semana las condiciones que lo habían llevado a ser uno
de los mejores jugadores del mundo: sombreros, magníficos goles por medio de
vaselinas, voleas y definiciones abiertas con la cara interna del pie serian su
marca registrada.
Por supuesto que este nivel de juego se materializaría en títulos para
las vitrinas del Arsenal. En la temporada
97/98 ganarían el doblete Premier
y FA Cup, con 22 goles del delantero
apodado cariñosamente por los hinchas como “the
non-flying duschtman” (el holandés no-volador). Paralelamente llegaba el
momento de disputar un nuevo Mundial,
en el que Holanda sería eliminada a
manos de Brasil nuevamente, esta vez en semifinales. Queda en nuestra retina
aquel golazo que nos marcó sobre el final que nos dejó afuera de la copa en
cuartos de final.

Luego de ir renovando año a año cuando se terminaba su contrato, el holandés
anunció su retiro a pesar de los pedidos incesantes de los seguidores gunners. El 16 de Abril fue nombrado el
día en su honor tras el partido ante el West Bromwich en el que marcó el gol
del triunfo en el minuto 89 siendo este su último gol con la camiseta del
Arsenal. Su último partido lo jugaría en la final de la Champions
en Paris, frente al Barcelona de Ronaldinho.
Muchas imágenes que registran sus actuaciones quedarán para siempre en
los manuales del futbol mundial. Su espectacular capacidad para controlar los
balones, usando el cuerpo para orientarse de cara al arco de formas muchas
veces acrobáticas, como aquel golazo al Newcastle. Una gambeta excepcional que
le permitía salirse de las marcas que lo acosaban. Sus definiciones exquisitas
que lo llevaron a convertirse en el tercer máximo goleador de la historia de la
selección de su país. En total en su carrera marcó más de 270 goles. También fue elegido en su país como el cuarto mejor jugador de todo el siglo.
Los homenajes también se sucedieron a nivel mundial, siendo elegido por Pelé para su famoso Club de los 100. Por supuesto también
goza del reconocimiento de los hinchas londinenses, que le están construyendo
una estatua en las afueras del Emirates
Stadium, estadio que se inauguró con un partido homenaje hacia su
trayectoria y que contó con grandísimos jugadores invitados. En fin, se trató
de uno de los delanteros mas finos que alguna vez pisaron un terreno de juego
en la historia reciente de este lindo deporte.
Por @martinm87 Martin Muelas