Esta semana en +Medios les
traemos el análisis de una serie que fue furor en la Argentina, Los
Simuladores. Con dos temporadas en su haber (2002,2003) en TELEFE, este
programa se convirtió en un verdadero fenómeno social y logró llevarse
no solo dos Martín Fierro a mejor ‘’unitario’’(la diferencia entre serie y
unitario radica en que en el segundo tipo la historia que se desarrolla
comienza y termina en el mismo capítulo) sino que en el 2002 ganó el Martín
Fierro de Oro, un verdadero reconocimiento a este programa que marcó un antes
y un después en la televisión.
Nacida de una necesidad laboral desde
los propios actores por esa inconstancia de trabajo que caracteriza a la
profesión, Damían Szifron (Guionisa, Director y Prodcutor del programa)
entró después en el proyecto y es él quien verdaderamente aporta la idea de Los
Simuladores, una especie de grupo comando que a través del simulacro
resuelve problemas cotidianos. Aquí radica una de las claves del éxito del show,
el tomar como eje del capítulo una situación que viven miles de espectadores
pero que por una u otro razón no encuentran solución (Enamorar a una mujer,
hacer que la familia de mi novio acepte a mis padres, etc.) Es la primer serie
argentina, unitario, con héroes de verdad que se aleja de los que se venía
haciendo hasta el momento en las tiras diarias que simpatizaban más con el
estilo de los radioteatros de la década del 50’.
Es
interesante ver cómo se estructura este grupo de profesionales desde un aspecto
‘’funcionalista’’, casi orgánico: Mario Santos (Federico D'Elía): es
la cabeza, su trabajo implica la logística y planificación de los operativos.
Es culto, obsesivo y estudia a la perfección la solución de cada caso. Pablo
Lampone (Alejandro Fiore): es
la fuerza, se ocupa de la locación y movilidad, es una especie de productor. Es
rudo, callado, casi insensible. Emilio Ravena (Diego Peretti): es el espíritu ,se ocupa de la caracterización, es creativo,
artístico, inalterable, el gran actor(Si bien, en todos los capítulos actúa más
de uno de ellos, él es que dirige las líneas de acción en los ‘’Rol Play’’ ) . Gabriel David Medina (Martín
Seefeld): es el corazón, es el
investigador, sensible, cursi, capaz de involucrase sentimentalmente en cada
caso, y dejando entrever, por momentos, cierta ambigüedad sexual. Lo fabuloso del programa es que detalla el
aspecto psicológico de los protagonistas de modo minimalista, tratando de que
el mundo no sepa de donde han salido estos héroes. Si bien es verdad que en la
segunda temporada se desarrolla un poco más sobre su vida personal.
Habiendo
nombrado algunas razones por la cuales la serie triunfo en una televisión
despiadada y sedienta de ‘’reality shows’’
(recordemos que tanto en el mundo como en la Argentina ,‘’Gran Hermano’’
era la novedad), uno de los motivos de su éxito fue su contexto histórico.
Mientras que se grababan varios de los episodios que luego verían el aire, el
país vivía una de sus peores crisis económicas (2001) .Corralito en puerta, cacerolazos, país acéfalo y muertos en
las manifestaciones. Todo generó un coctel de noticias que preocupaba a la
gente ( y con razón) 24hs al día. Es por ello, que Los Simuladores, venían a descomprimir los ánimos. Ver un grupo de
4 personas capaces de solucionar cualquier problema que tuviera la gente ‘’común’’
encendía una mecha de esperanza en un país que parecía haberla perdido bajo el
vuelo de un helicóptero. A tal punto eran tan verosímiles los operativos que se
llevaban a cabo que la gente mandaba cartas con problemas reales para que les
den solución desde la serie.
Como hemos
analizado en casos anteriores, Los
Simuladores fue un show que supo cortar a tiempo, cuando aún estaba en la
cresta de la ola. Se barajó a principios de este año que habrá una película, y
la idea es que sea un gran capítulo ,
pero para verlo deberemos esperar hasta mediados del 2014. Lo que si podemos
decir es que allí están esos 24 excelentes episodios para la posteridad. ¿ A vos
cuál fue el que más te gustó?
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