La República Democrática del Congo
es uno de los 195 países que hay en el mundo reconocidos por la ONU (Organización
de las Naciones Unidas). Ubicado en África Central, se sitúa en la zona
ecuatorial del “continente negro”. El Congo Democrático, como también es
conocido, tiene uno de los territorios más extensos de África, junto a Argelia.
Pero el Congo no siempre se llamó
así, y ahí es donde entra +Medios. De todos modos, esto lo veremos más adelante. Primero
repasemos un poco más de la historia de este país para ver hacia dónde vamos.
En el año 1965, el militar Joshep-Désiré Mobutu derrocaba –mediante un golpe de Estado- al por entonces mandamás
congoleño, Joseph Kasavubu. Mobutu se autoproclamó presidente por un lapso de
cinco años, pero se quedaría en ese lugar hasta 1997.
Su gobierno se caracterizó por ser
un ferviente autoritarismo bajo el motor de la mano dura, las persecuciones y
una represión voraz. Además, como era un
habitué en este tipo de regímenes, había
un marcado culto a la personalidad, al estilo de Stalin en la URSS,
Hitler en la Alemania Nazi, o Mussolini en la Italia fascista.
En su postura “pro-africana” (era
un aliado a EE UU en el contexto de la Guerra Fría), en 1966 comenzó a refundar
los nombres de las ciudades de su Nación. Pero parece que Mobutu se entusiasmó
tanto que finalmente, en 1971, cambió hasta el nombre del mismísimo país, es
decir, ya no se llamaría como hasta ese entonces, sino que el nuevo nombre
sería República del Zaire.
Y aquí efectivamente se hace presente
+Medios. Esta nueva columna de “Curiosidades Mundiales” pretende traerles historias
llamativas y anécdotas que han pasado a lo largo de todas las citas
mundialistas.
Formación de Zaire en Alemania 1974 |
Recientemente bautizada Zaire, y
con un clima político espeso, el fútbol también tenía un lugar por ese
entonces. “Los Leopardos”, apodo del combinado nacional zaireño, se coronaba
campeón de la Copa África en 1974 derrotando a Zambia en la final.
Dirigidos por Blagoje Vidinic
(yugoslavo), el conjunto del Zaire hacía historia clasificando por primera vez
a un mundial venciendo al mencionado Zambia, y a Marruecos. La Copa Mundial
Alemania 1974 les daba la bienvenida.
Sabiendo de sus limitaciones, la
suerte le dio la espalda al conjunto africano cayendo sorteados en el grupo B,
con la presencia de nada más y nada menos que Brasil. Los otros seleccionados eran
Escocia y Yugoslavia.
Debut contra Escocia |
Es muy recordado el paso de Zaire
por Alemania. Quedó para la historia como un equipo simpático que se dio el
gusto de disputar un mundial. El periplo arrancó contra los escoceses. Vidinic
paró un 4-2-4, pero Zaire poco pudo hacer contra su primer rival, aunque todo
terminó en un decoroso 0-2. El segundo cotejo era contra Yugoslavia. Cuenta la
historia que Vidinic echó de la concentración a unos brujos que querían
favorecer al conjunto africano. Si fue verdad o no, no se sabe, pero no le fue
muy bien a los Leopardos, Yugoslavia ganó por 9 a 0.
M. Kazadi, portero de Zaire |
El último partido, y quizás por
lo que más se recuerda la participación del equipo africano en un mundial, fue
contra Brasil. El resultado fue contundente pero con gusto a poco, teniendo en
cuenta que era una máxima potencia contra un debutante: 3 a 0 para el scratch. En este cotejo se dio la jugada que pasó a la inmortalidad a Ilunga Mwepu. Iban más
de 20 minutos del segundo tiempo, y había tiro libre para la Verde Amarela. Uno de
los tantos cracks brasileros se disponía a patear al sonar el silbato, cuando
Mwepu salió corriendo con toda su fuerza y pateó la pelota por los aires, hecho
que marcó para siempre la relación Zaire y un mundial en la retina de todos
los presentes, y en la de todos aquellos que han visto la repetición en los años
siguientes.
Difícil pensar en un no
conocimiento del reglamento por parte de Mwepu y sus compañeros, ya que Zaire
era el flamante campeón africano. Dicen algunos que fue una suerte de
distracción que Ilunga quiso lograr para que los brasileros no consigan otro
gol, ante la amenaza del régimen de Mobutu de no dejarlos volver a casa en caso
de recibir otra goleada, o bien, planteando su disconformidad porque no les
pagaban por jugar. Cualquiera que haya sido la cuestión, lo que quedó fue esa
jugada curiosa que se ha transformado en un emblema de la historia de las citas
mundialistas.
Por Marco Iannarelli
No hay comentarios:
Publicar un comentario