sábado, 13 de julio de 2013

Hasta siempre Burrito

Es de esos jugadores que trascienden camisetas, por más que estén tan identificados con una en especial. Su habilidad, cintura, talento, precisión, hace que a cualquiera que le guste el fútbol disfrutó de verlo adentro de una cancha. Y llegó el día en que Ariel Ortega se pudo despedir en su casa y ante su gente. Porque este jujeño de 39 años, tuvo su día soñado en el Monumental.

La tarde de invierno acompañó con el sol, a pesar del frío. Y los invitados fueron ex compañeros del Burrito en los diferentes equipos donde jugó. Americo Gallego y Ramón Díaz eran los entrenadores de los dos conjuntos, y entre las figuras presentes estaban  Francescoli, Saviola, Gallardo, Astrada, Ponzio y Sorín entre otros.

Debutó en 1991 en River y se retiró en el 2012 en Defensores de Belgrano. Además vistió las camisetas de Valencia, Sampdoria, Parma, Fenerbache, Newells, Independiente Rivadavia y All Boys. Obtuvo nueve títulos (7 en River, uno en Parma y otro en Newells). Convirtió 109 goles en su paso por las distintas camisetas.



Su aporte a la Selección Argentina también fue muy importante. Alfio Basile lo hizo debutar en 1993 en un amistoso frente a Alemania. Ortega fue a los mundiales de Estados Unidos 1994, Francia 1998 y Corea-Japón 2002. Con la albiceleste obtuvo la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de 1995 en Mar del Plata y la de plata en los Olímpicos del año siguiente en Atlanta.

El Burrito ya dejó las canchas, pero sus gambetas quedan grabadas en cada lugar donde el piso el verde cesped del fútbol. Vivió buenas y malas, ganó y perdió, pero siempre apostó por jugar, por mostrar ese potrero que lleva en la sangre y nos hace deleitar. Seguí jugando a donde vayas, que alguien te pueda disfrutar.


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