martes, 15 de abril de 2014

Entre Ríos se hizo Ricotera


Ardió Gualeguaychú. El Indio Solari lo hizo otra vez, y ya nos tiene acostumbrados. La ciudad de Entre Ríos se mostró desbordada entre el viernes y el sábado, aun quedando algunos resabios el domingo con alguna cerveza, una que otra fogata, y la música de Patricio Rey sonando en los autos.
El Indio presentó su cuarto disco
No había una baldosa libre, la Turba Ricotera acaparó cada rincón de las calles. Como cada vez que el Indio se presenta en algún lugar, ese destino fue arrasado por sus fanáticos. Las lluvias que precedieron al día del recital no apagaron el fuego Redondo, todo lo contrario.
La noche del viernes fue el festejo anticipado. Toda la ciudad saltó, cantó y pogueó al ritmo de Los Redondos. La buena energía, los abrazos desconocidos y las tarareadas masivas, todo con un brindis de por medio, se hacían lugar en el corazón de Gualeguaychú. Los que alguna vez vivieron esta experiencia única coinciden en que la previa es sagrada. Así fue.
Llegó el sábado. La fiesta empezó bien temprano. El asado, las banderas y los cánticos fueron los protagonistas de la tarde. Poco a poco, todos emprendían la caminata al Hipódromo combatiendo el frío al ritmo de Vamo´ Los Redo´o Si vas a tocar a la luna, la luna la vamo´a copar.
El panorama planteaba un partido difícil. La lluvia quiso poner a prueba a toda la horda Redonda llenando de barro todo el campo. No pasó mucho tiempo para que rebalsara de gente. El Indio se hacía esperar, la noche iba cayendo, y el infierno se estaba empezando a poner encantador.
Y apareció Solari. Minutos después de las 22:30, el Indio pisaba el escenario junto a Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado. “Siempre somos más, qué bárbaro” tiró antes de empezar el show, y estaba en lo cierto. Las cifras oficiales dicen que hubo alrededor de 170 mil personas, una locura.
Como se había podido escuchar en la prueba de sonido el día anterior, abrió el recital con Nike es la cultura. Esta decisión se puede atribuir a que se cumplen 10 años de su primer disco: El Tesoro de los Inocentes.
Luego llegó Chau mohicano, tocando por primera vez en vivo material de Pajaritos, bravos muchachitos, su nuevo disco. Recién en el cuarto tema deleitó a los Ricoteros haciendo Fusilados por la cruz roja.
El Indio pidió perdón por el estado del terreno, mencionando que habían hecho todo lo posible por amenizarlo, pero que el esfuerzo no terminó dando sus frutos. El show seguía. Me matan limón, y que la fiesta siga. Todo el mundo cantaba y levantaba sus brazos, el fervor Ricotero estaba a flor de piel, y más cuando sonaron los acordes de Unos pocos peligros sensatos.
Solari en acción
Le siguieron varias canciones de Porco Rex y Perfumes en la tempestad, como Martinis y Tafiroles, Black Russian, Todos a los botes, entre otros.
Pocos fueron los temas que interpretó del último trabajo, aun así, la gente pudo vibrar con Había una vez, Beemedobleve, A la luz de la luna, y Los pajarita pechiblanca. Éste último fue uno de los momentos sublimes de la noche. Subieron al escenario Sergio Dawi, Walter Sidotti y Daniel Bucciarelli para tocar, tal como estaba previsto.
Quien alguna vez haya disfrutado un show de Patricio Rey, seguramente fue glorioso ver a casi la formación completa arriba del escenario. Era cerrar los ojos y volver por un momento a aquellos años, aunque sin Skay, claro. Para quienes lo veían por primera vez, no podría describir el sentimiento en estas palabras. El sueño estaba casi cumplido.
Y para no despertar así de rápido, la formación Ricotera redobló la apuesta. El saxo de Dawi le daba riendas a la locura de los fanáticos con Ya nadie va a escuchar tu remera. Semilla había dejado el acordeón después Los pajarita y agarró el bajo. El éxtasis Redondo a esa altura era indescriptible. Cerraron la participación con una reversión de Nene-nena, nada más que decir.
Luego siguieron temas del Indio con Los Fundamentalistas que, párrafo aparte, suenan cada vez mejor. Mi caramel machiato, Pedía siempre temas en la radio, y el ya clásico To beef or not to beef, con una previa mención a los argentinos que vuelven al país, “tan mal no se está acá”  dijo Solari.
“La memoria es el único paraíso del que no nos pueden expulsar”, fue otra frase que dejó, luego de dedicarle el recital a las Madres de Plaza de Mayo, pronto a cumplir 37 años, y recordando los 21 desaparecidos que dejó la última dictadura militar en Gualeguaychú.
El show iba llegando a su fin, y llamaba la atención que no se había despedido de los ex Redondos. Pero no hubo tiempo para reflexionar, Todo un palo se hacía presente, y el Hipódromo volvía a estallar.
Volviendo al párrafo anterior, llegaba el gran final. Luego de una pausa, el Indio anunciaba que la orquesta estaba de fiesta. Nuevamente subían los históricos Redondos al escenario y enloquecían a todo el mundo con Ji Ji Ji. El Pogo más grande del mundo hizo caso omiso al barro y al frío, ya culminando la dosis Ricotera. Las luces se prendieron, el Indio saludo y agradeció, los fuegos artificiales se hicieron presentes, la gente empezó la vuelta, feliz y relajada. Otro acto de amor se consumó. El Indio Solari lo hizo otra vez.

Marco Iannarelli
@MIannarelli


 



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