martes, 10 de septiembre de 2013

Curiosidades Mundiales: Alemania 1974, el mundial de la República de Zaire




La República Democrática del Congo es uno de los 195 países que hay en el mundo reconocidos por la ONU (Organización de las Naciones Unidas). Ubicado en África Central, se sitúa en la zona ecuatorial del “continente negro”. El Congo Democrático, como también es conocido, tiene uno de los territorios más extensos de África, junto a Argelia.
Pero el Congo no siempre se llamó así, y ahí es donde entra +Medios. De todos modos, esto lo veremos más adelante. Primero repasemos un poco más de la historia de este país para ver hacia dónde vamos.
 En el año 1965, el militar Joshep-Désiré Mobutu derrocaba –mediante un golpe de Estado- al por entonces mandamás congoleño, Joseph Kasavubu. Mobutu se autoproclamó presidente por un lapso de cinco años, pero se quedaría en ese lugar hasta 1997.
Su gobierno se caracterizó por ser un ferviente autoritarismo bajo el motor de la mano dura, las persecuciones y una  represión voraz. Además, como era un habitué en este tipo de regímenes, había  un marcado culto a la personalidad, al estilo de Stalin en la URSS, Hitler en la Alemania Nazi, o Mussolini en la Italia fascista.
En su postura “pro-africana” (era un aliado a EE UU en el contexto de la Guerra Fría), en 1966 comenzó a refundar los nombres de las ciudades de su Nación. Pero parece que Mobutu se entusiasmó tanto que finalmente, en 1971, cambió hasta el nombre del mismísimo país, es decir, ya no se llamaría como hasta ese entonces, sino que el nuevo nombre sería República del Zaire.
Y aquí efectivamente se hace presente +Medios. Esta nueva columna de “Curiosidades Mundiales” pretende traerles historias llamativas y anécdotas que han pasado a lo largo de todas las citas mundialistas.
Formación de Zaire en Alemania 1974
Recientemente bautizada Zaire, y con un clima político espeso, el fútbol también tenía un lugar por ese entonces. “Los Leopardos”, apodo del combinado nacional zaireño, se coronaba campeón de la Copa África en 1974 derrotando a Zambia en la final.
Dirigidos por Blagoje Vidinic (yugoslavo), el conjunto del Zaire hacía historia clasificando por primera vez a un mundial venciendo al mencionado Zambia, y a Marruecos. La Copa Mundial Alemania 1974 les daba la bienvenida.
Sabiendo de sus limitaciones, la suerte le dio la espalda al conjunto africano cayendo sorteados en el grupo B, con la presencia de nada más y nada menos que Brasil. Los otros seleccionados eran Escocia y Yugoslavia.
Debut contra Escocia
Es muy recordado el paso de Zaire por Alemania. Quedó para la historia como un equipo simpático que se dio el gusto de disputar un mundial. El periplo arrancó contra los escoceses. Vidinic paró un 4-2-4, pero Zaire poco pudo hacer contra su primer rival, aunque todo terminó en un decoroso 0-2. El segundo cotejo era contra Yugoslavia. Cuenta la historia que Vidinic echó de la concentración a unos brujos que querían favorecer al conjunto africano. Si fue verdad o no, no se sabe, pero no le fue muy bien a los Leopardos, Yugoslavia ganó por 9 a 0.
M. Kazadi, portero de Zaire
El último partido, y quizás por lo que más se recuerda la participación del equipo africano en un mundial, fue contra Brasil. El resultado fue contundente pero con gusto a poco, teniendo en cuenta que era una máxima potencia contra un debutante: 3 a 0 para el scratch. En este cotejo se dio la jugada que pasó a la inmortalidad a Ilunga Mwepu. Iban más de 20 minutos del segundo tiempo, y había tiro libre para la Verde Amarela. Uno de los tantos cracks brasileros se disponía a patear al sonar el silbato, cuando Mwepu salió corriendo con toda su fuerza y pateó la pelota por los aires, hecho que marcó para siempre la relación Zaire y un mundial en la retina de todos los presentes, y en la de todos aquellos que han visto la repetición en los años siguientes.
Difícil pensar en un no conocimiento del reglamento por parte de Mwepu y sus compañeros, ya que Zaire era el flamante campeón africano. Dicen algunos que fue una suerte de distracción que Ilunga quiso lograr para que los brasileros no consigan otro gol, ante la amenaza del régimen de Mobutu de no dejarlos volver a casa en caso de recibir otra goleada, o bien, planteando su disconformidad porque no les pagaban por jugar. Cualquiera que haya sido la cuestión, lo que quedó fue esa jugada curiosa que se ha transformado en un emblema de la historia de las citas mundialistas.




 Por Marco Iannarelli


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